miércoles, 11 de diciembre de 2013

HACIA LA SOCIEDAD DEL CONOCIMIENTO



¿Será posible que el día de mañana todos puedan ocupar el lugar que les corresponde en las sociedades del conocimiento, sin distinción alguna de raza, color, sexo, idioma, religión, opinión política o de cualquier otra índole, origen nacional o social, posición económica, nacimiento o cualquier otra condición?
El conocimiento ha llegado a ser ya un recurso de los más valiosos en muchos ámbitos, y en el siglo XXI abrirá cada vez más las puertas de acceso al poder y los beneficios económicos de cada persona pudieran ser más o menos elevados, pero lo que sí es seguro que cada día que avanza la tecnología las personas tienen más posibilidades de ocupar un espacio en las nuevas sociedades del conocimiento.
La igualdad entre los sexos constituye uno de los principales desafíos para la aparición de sociedades del conocimiento. En efecto, éstas no podrán ser auténticas sociedades de aprovechamiento compartido del saber si excluyen a más de la mitad de la población mundial. Las desigualdades entre hombres y mujeres se han acentuado a causa de las dificultades con que éstas tropiezan para cursar estudios. De los 785 millones de analfabetos del mundo, casi las dos terceras partes son mujeres. En este ámbito, la diferencia entre hombres y mujeres es especialmente acusada en los Estados árabes, el África Subsahariana y el Asia Meridional y Occidental. Además, en muchos países en desarrollo numerosas costumbres y concepciones socioculturales frenan el acceso de las mujeres a la educación, el crédito, el empleo y la vida activa. Esto ocurre también en los países industrializados, aunque en menor medida. En efecto, aunque la desigualdad entre los sexos ante el conocimiento se dé a distintos niveles en casi todas las sociedades, se manifiesta de forma diferente según el nivel de industrialización de los países. En los países que han experimentado un rápido desarrollo de las nuevas tecnologías, el acceso de la mujer a la educación, el trabajo o los instrumentos multimedia parece garantizado, aunque se observen profundas disparidades en las ramas universitarias o profesionales relacionadas con la ciencia, la ingeniería o el comercio. Algunos estudios han demostrado la subsistencia de discriminaciones inconscientes, que van desde la disminución de las perspectivas profesionales a partir del primer parto hasta la poca atención que los encargados de adoptar decisiones suelen prestar a las mujeres.
Un elemento central de las sociedades del conocimiento es la “capacidad para identificar, producir, tratar, transformar, difundir y utilizar la información con vistas a crear y aplicar los conocimientos necesarios para el desarrollo humano. Estas sociedades se basan en una visión de la sociedad que propicia la autonomía y engloba las nociones de pluralidad, integración, solidaridad y participación”. La importancia de los derechos humanos en la sociedad del conocimiento  es un elemento central de la noción de sociedades del conocimiento, debería permitir una mejor puesta en práctica de los derechos universales y las libertades fundamentales, mejorando al mismo tiempo la eficacia de la lucha contra la pobreza y de las políticas de desarrollo. Entre todos los derechos fundamentales, es necesario poner de relieve la importancia especial que reviste la libertad de expresión, “postulado fundamental en el que descansan las sociedades del conocimiento”.

La tercera revolución industrial ha ido acompañada de un cambio de régimen de los conocimientos. A este respecto, se ha hecho referencia al advenimiento de un doble paradigma: el de lo inmaterial y el de las redes. De hecho, la creciente desmaterialización del trabajo individual humano –posibilitada por la sustitución del trabajo manual por las máquinas, y más tarde por el desarrollo de los servicios y el advenimiento de lo virtual con la revolución digital– ha desembocado en el nacimiento de una sociedad en la que el dominio de lo inmaterial siempre confiere más ventajas estratégicas y, por consiguiente, un mayor poder sobre lo material. El conocimiento y la conquista de lo inmaterial.

Jhonny Chirinos                                                                  

C.I: 16793152

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